Un proceso que implica
recogida de información con una posterior interpretación en función del
contraste con determinadas instancias de referencia o patrones de deseabilidad,
para hacer posible la emisión de un juicio de valor que permita orientar la
acción o la toma de decisiones.
Finalmente, deben
diferenciarse los conceptos de investigación y evaluación. Ambos procesos
tienen muchos elementos comunes, aunque se diferencian en sus fines:
v La evaluación es un proceso que busca información para
la valoración y la toma de decisiones inmediata.
v Se centra en un fenómeno particular.
v No pretende generalizar a otras situaciones.
v La investigación es un procedimiento que busca conocimiento
generalizable, conclusiones (principios, leyes y teorías).
Ámbitos de la
Evaluación
Tradicionalmente, la evaluación se ha venido aplicando casi
con exclusividad al rendimiento de los alumnos, a los contenidos referidos a
conceptos, hechos, principios, etc., adquiridos por ellos en los procesos de
enseñanza. A partir de los años sesenta, la evaluación se ha extendido a otros
ámbitos educativos: actitudes, destrezas, programas educativos, materiales
curriculares didácticos, la práctica docente, los centros escolares, el sistema
educativo en su conjunto y la propia evaluación.
En este apartado, podemos señalar que hemos observado
una dicotomía entre la teoría y la práctica evaluativas. Por una parte, las
concepciones teóricas explicitan que la evaluación es un proceso de continua
ocurrencia, inherente incluso a toda actividad humana.
Por otro lado, la práctica indica que en
los hechos, la evaluación se ha convertido en situaciones de ocurrencia
aislada, con un alto grado de solemnidad ritualista, y que se llevan a cabo al
final del proceso que se pretende evaluar.
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